El anfiteatro Flavio,
más tarde llamado “Coliseo” es el monumento más conocido de la ciudad eterna (Roma). Asombrando a toda
persona que fije su vista en él desde el
año 80 d.C. Este enorme edificio ovalado consta de 189 metros de largo, 156
metros de ancho y 57 metros de alto, teniendo la elíptica un perímetro de 524
metros. Unas enormes dimensiones para aquella época.
El Coliseo es una arquitectura
civil ya que el emperador se encargó de su construcción. Además también
destaca por ser un edificio de ocio
construido para el entretenimiento de la plebe.
Anfiteatro, de “anfi” (dos en griego) más “teatro”,
literalmente significa dos teatros unidos, pero esto
daría un círculo y el anfiteatro tiene forma
ovalada. Esta forma elíptica hacía que ningún gladiador quedase arrinconado
en una esquina muriendo fácilmente, fomentando la lucha y la emoción.
Gracias a monedas y tumbas antiguas donde se representaba el
Coliseo, ahora podemos saber cómo fue en su época dorada.
En la parte exterior, la fachada se compone de 4
plantas, siendo su característica principal la superposición de órdenes. Contando en el primer piso con un orden
toscano (simplificación del orden dórico de origen etrusco), en la segunda un
orden jónico y en la tercera corintio. Además destaca el uso del arco de medio punto enmarcado en todos
sus arcos. El cuarto piso fue una ampliación posterior la cual consta de un cuerpo
macizo con pilastras adosadas y ménsulas las cuales servían para sustentar unos
mástiles donde iría un enorme toldo o velario que serviría para cubrir el
anfiteatro y protegerlo de los efectos meteorológicos. Este está decorado con
lesenas corintias (estrechas fajas verticales) que enmarcaban los vanos
cuadrados. La primera planta tenía unos 80 arcos de medio punto llamados
vomitorios que servían para desalojar a las personas. Se llegaba a desalojar 50.000 personas, el aforo máximo, en 3
minutos. Todo el exterior estaba cubierto
de estuco (masa de yeso blanco y agua de cola que se emplea para enlucir
paredes interiores). Actualmente en la cuarta planta faltan los escudos de
bronce y en la primera, segunda y tercera planta las esculturas de dioses y
héroes de unos 5 metros cada una que estaban situadas debajo de cada arco.
Además había una cuádriga de bronce sobre el arco de la entrada en la fachada
norte por donde accedía el emperador. Los arcos más bajos se hicieron en piedra
mientras que en la segunda y tercera planta se usó el ladrillo. Además, estaba
decorado con mármol, esculturas y frescos.
El graderío
estaba dividido en partes según la importancia de la persona. Cuanto más
importante fuera más cerca de la arena se colocaba. Este sistema de gradas se
levantó gracias a multitud de bóvedas
fijadas por pilastras de travertino (roca sedimentaria) colocadas en posición
radical. Los grados eran: primero el “Podium”,
en el que se sentaban los personajes más importantes como senadores, la tribuna
imperial, el magistrado e incluso el emperador en un palco especial. En segunda
posición se encontraba el “Maenianum
Primum” el cual ocupaban los aristócratas no pertenecientes al senado. Por
tercer lugar está el “Maenianum Secundum”
dividido en “imum” (para ciudadanos ricos) y “summum” (para hombres pobres). Y
por último se encontraba el “Maenianum
in ligneis” en el que se encontraban las mujeres pobres sin asientos de
ningún tipo. Además el graderío contaba con la técnica llamada isóptica, consiste en que todo el
público tenga una imagen perfecta de la arena desde cualquier punto de la
grada, para ello fueron variando el ángulo de las graderías de 30° a 35°
conforme éstas iban ganando altura.
El hipogeo, en
griego significa subterráneo. Éste se construyó más tarde de la inauguración
del anfiteatro. Estaba construido con muros de mampostería (método de
construcción de unión de piedras desordenadamente) en forma de anillos
concéntricos, espirales y cámaras. El hipogeo estuvo oculto durante unos largos
cinco siglos por lo que se deterioró con mucha facilidad, creciendo hierbas,
ranuras y surcos en paredes y suelos. Consistía en una extensa red de galerías formado por bóvedas de
crucería (mezcla de dos bóvedas de cañón), sistemas de grúas y poleas cuya función era agilizar el espectáculo
que tenía lugar en la arena facilitando la salida de animales, gladiadores y
decorados. El suelo estaba hecho de madera y cubierto de arena
para absorber la sangre mejor. Beste, un arqueólogo del Instituto Arqueológico
Alemán, recreó el supuesto complejo sistema de poleas con el que hacían
aparecer por sorpresa animales en la arena. Este ascensor constaba de 12
poleas, la fuerza de 8 hombres, un cabrestante, una cuerda, un torno y una
jaula. Había unos 28 ascensores en total repartidos por todo el hipogeo de
distinto tamaño.
Por último, el velario
era una cubierta retráctil de tela que también funcionaba mediante poleas. Primeramente
estaba fabricada en tela, pero más tarde se cambió por lino, un material mucho
más ligero. Se podía controlar cada sección gracias a un sistema de cuerdas todavía
muy desconocido. Estas cuerdas se sujetaban en más de 250 mástiles de madera.
El estilo del Coliseo se basa en la armonía visual generada
por el conjunto de rectas y curvas
en la estructura de este.
El escritor romano Marco Valerio Marcial en su libro
titulado “Liber
spectaculorum” (Libro de los espectáculos) describe con gran detalle
cómo fueron los juegos inaugurales. En ellos relata principalmente: crucifixiones, espectáculos con fieras,
combates de gladiadores, representaciones de mitos griegos y batallas famosas y
naumaquias.
Las representaciones
se llevaban haciendo durante muchos años en teatros, pero en el Coliseo iban un
paso más allá. A la hora de representar batallas, el decorado y las vestimentas
eran muy detalladas, pero sobre todo
la novedad era que las personas morían
de verdad. También, en las representaciones de mitos griegos se hacían lo
más realistas posibles, por ejemplo, en el mito de Ícaro (personaje el cual
trata de llegar al sol con unas alas de cera) lo que hacían era catapultar a
una persona de lado a lado del anfiteatro.
En las batallas con animales la mayoría solían
ser traídos de África, en su mayoría
se trataba de: rinocerontes, jirafas, leones, leopardos, avestruces, cocodrilos
e hipopótamos.
Gracias a los
primeros restos de gladiadores que
se encontraron podemos saber que la mayoría eran de hombres jóvenes entre 20-30 años. Pero lo más importante es que
gozaban de muy buena asistencia médica
debido a las cicatrices visibles en los huesos, esto se debía a que a pesar de
ser esclavos eran entrenados (por
ejemplo, en la “Ludus magnus” lugar de entrenamiento de gladiadores situado al
lado del Coliseo) por lo que si morían fácilmente conllevarían muchas pérdidas.
Así que para que el público no se aburriese al ver menos muertes se aumentó el
interés en la escenografía.
Las naumaquias, consistía
en inundar la arena mediante 11 acueductos que llevaban el agua hasta allí, el
agua no superaba 1,4 metros de altura. Cuando estaba lleno de agua aparecían barcos a escala reducida para escenificar batallas navales. Mediante
cuatros conductos situados en los puntos
cardinales se podía drenar toda el
agua en menos de 1 hora. Estas batallas navales se pararon de hacer a finales
del siglo I d.C debido a los grandes
costes que conllevaba.
La intención del
emperador Vespasiano al mandar construir el Coliseo fue mostrar su generosidad con el pueblo, en
contraposición del carácter ególatra del anterior emperador (Nerón). Además
simboliza y glorifica el significado de la palabra “romano”. Este Coliseo y sus
actividades hacían que los romanos se
sintiesen orgullosos de ellos, reforzando su identidad. Esta grandiosa y
costosa obra se financió gracias al botín que consiguieron los romanos al
saquear el templo de Jerusalén. En la propia arquitectura de la obra podemos
observar el uso del orden jónico y corintio además de las esculturas imitando
héroes y dioses, haciendo referencia al
arte griego y su belleza. Pero Vespasiano no se quedaría ahí, quería no
solo igualar el arte griego, si no mejorarlo,
por lo que uso también el orden toscano, los arcos, materiales romanos como el
ladrillo, etc. Además la idea de “anfiteatro” era totalmente romana.
Nerón, emperador
de Roma, en el 64 d.C decidió
construirse un nuevo palacio, la Domus
Aurea, tras el reciente incendió que
afectó en gran medida a la ciudad. Para ello la mandó construir en un terreno
de 80 hectáreas, con una escultura suya
de 31 metros de altura hecha de
bronce en la entrada y una laguna
artificial en la parte más baja rodeada de jardines y pórticos que se llamó
“Stagnum Neronis”. En el 68 d.C Nerón muere por suicidio asistido al huir de
Roma. Vespasiano toma el lugar de
Nerón, manda destruir la Domus Aurea y construir en aquel lugar el Coliseo. Las obras empiezan en el 72 d.C, drenando toda el agua del lago y
echando tierra en él para allanar el hueco y construir allí lo que sería el
anfiteatro Flavio. Este emperador murió unos meses antes de finalizar las
obras, pero su hijo en el 80 d.C,
terminado el Coliseo, lo estrenó con
los 100 días de juegos inaugurales.
El Coloso de Nerón permaneció cerca del Coliseo sobre su pedestal de
mampostería recubierto de mármol, pero Vespasiano le cambió la cabeza y algunos
atributos más para representar a Helios (dios del Sol). Aunque más tarde fue
fundida por los visigodos. El pedestal aun en su lugar llegó a nuestros días,
en el se pueden dejar leer diversas inscripciones: “El emperador Vespasiano
ordenó la construcción de este nuevo anfiteatro con el botín___” (ahí se corta
la lectura).
Una cita de Plinio el Viejo sobre el Coloso de Nerón: “llamado
a Roma por Nerón, hizo un coloso de ciento dieciséis pies de altura con la
imagen de ese príncipe, que fue dedicado al culto del Sol por los reprobados
crímenes de aquel”.
Después de 500 años de actividad, el Coliseo quedó en el abandono en el año 523. Por lo que los
ciudadanos usaron el hipogeo para tirar tierra, escombros, heno almacenado e
incluso excrementos de animales. También fue usado como cantera improvisada para construir edificios posteriores hasta que
en 1749 el Papa Benedicto XIV declaró al Coliseo como lugar santo en memoria de los mártires ejecutados en él, lo que
significó un primer paso para la preservación del monumento. Además, al ser
Roma conquistada por los bárbaros estos saquearon
muchas de sus esculturas. Incluso los propios romanos se llevaron muchas obras
que había allí a otros lugares. En la actualidad, el Coliseo sirve como reclamo turístico siendo visitado,
pagando entrada, por miles de turistas al año. Debido a esto se ha reconstruido
parte del suelo del hipogeo. Además debido al valor que tiene este anfiteatro
para la Iglesia, se sigue haciendo el Vía Crucis dirigido por el Papa realizado
todos los Viernes Santo.
Aparte de los daños intencionados que ha recibido el Coliseo
también ha sufrido desafortunados accidentes.
Durante 2000 años que ha estado en pie este ha sido diezmado en gran medida. En
el año 217 sufrió un incendio debido a un rayo. Aunque la mayor herida de este
fue hecha en 1349, cuando una serie de
terremotos tuvieron lugar en Roma haciendo que muchos palacios, Iglesias y
edificios cayeran. El Coliseo podría haber aguantado, pero al estar la mitad de
él construido encima del Stagnum Neronis (lago artificial de la Domus Aurea),
los limos (sedimentos arrastrados por el agua) sobre los que estaba situado
hicieron que transmitirá especialmente las ondas sísmicas, provocando el hundimiento de la parte Sur del
Coliseo. La parte Norte como se construyó en terreno más fuerte aguantó perfectamente
el terremoto. Los escombros que dejó la sacudida fueron usados por canteros
romanos. El último gran accidente que tuvo fue una bomba caída Roma durante la
segunda guerra mundial, hecho que hizo que parte del edificio cayera.
Tras casi dos milenios desde su construcción, el Coliseo
necesita grandes trabajos de reparación debido a su estado. Por
ello, se adjuntaron soportes hechos de ladrillos en ambos extremos de la
fachada ya caída en forma de triángulo, con la finalidad de darle mayor
estabilidad. Recientemente, se terminó la tarea de restauración de la fachada
que requirió de 10.000 metros cuadrados de mármol travertino. Además, se espera
conseguir dinero para volver a poner la arena en un futuro.
Su influencia
arquitectónica, especialmente la superposición de órdenes propia de la época
helenística, fue un modelo muy copiado posteriormente en la arquitectura del
renacimiento y del barroco. Incluso la estructura de las gradas, suelo y techo
sirvieron de modelo en otros anfiteatros. Todavía hoy en día, se siguen usando
algunas soluciones que dieron los romanos para construir, por ejemplo, estadios
de fútbol.
El anfiteatro Flavio recibió un puesto en las 7 maravillas
del mundo moderno además de haber sido nombrado patrimonio de la humanidad por
la Unesco. Durante 4 siglos en el Coliseo murieron
alrededor de 1 millón de personas,
incluso debido a tantas muertes de animales algunos se extinguieron. El Coliseo
débil y en pésimo estado, con gran parte de él destruido ha llegado a nuestros
días, con dos milenios de historia encerrada en aquellos débiles y agrietados
muros. Tras sus horrores y grandiosidad ocupa el centro de Roma de forma triunfante.
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