La escultura
es: “Laocoonte y sus hijos”. Para
comenzar hay que tener claro que la escultura que se conoce hoy en día es una
copia romana de una anterior realizada en bronce. Se cree que los autores originales fueron Agesandro,
Polidoro y Atenodoro, padre e hijos respectivamente, pertenecientes a la
escuela de Rodas. Pero debido a la gran brecha temporal no se puede saber a
ciencia cierta si esto es verídico. La única relevancia al creador se le daba a
la escuela, en este caso en concreto a la de Rodas.
Al igual que
ocurría con sus autores tampoco es segura su datación. Aunque actualmente la mayoría de historiadores de arte la
fechan en el siglo II a.C, antes se creía que era del siglo I a.C ya que se
encontraron con una firma que encajaba bastante bien en el perfil, pero Gisela
Richter se percató de la existencia de Agesandro, Polidoro y Atenodoro, los
cuales además de parecer muy importantes en su época tenían otra obra a su
nombre, en este caso un friso llamado Altar de Pérgamo, cuya obra tiene
bastantes parecidos con la escultura de Laocoonte y sus hijos. Además al ser en
el mismo siglo y con el mismo estilo, helenista, se reconocieron a estos como
autores y así dataron finalmente la escultura.
Por el
contrario la copia se descubrió en
1506. Durante las excavaciones de la Domus Aurea, palacio de Nerón (Roma). Este
descubrimiento impresionó tanto a los artistas de la época que la noticia llegó
a oídos del Papa Julio II, el cual rápidamente mandó allí a sus mejores
artistas: Sangallo y Miguel Ángel. Sangallo al ver la escultura exclamó: “¡Este
es el Laocoonte que mencionaba Plinio!”. Plinio el Viejo, escritor romano en el
año 70 d.C describió en su obra “Naturalis Historia” la escultura de Laocoonte
diciendo: “Debe ser situada por delante de todas, no sólo del arte estatuaria
sino también del de la pintura. Fue esculpida en un solo bloque de mármol por
los excelentes artistas de Rodas Agesandro, Polidoro y Atenodoro y representa a
Laocoonte, sus hijos y las serpientes admirablemente enroscadas”. El Papa
compró la escultura ya que aunque no estaba hecha en un bloque como decía Plinio,
seguía siendo la legendaria escultura.
Cuando la
escultura fue descubierta se vio que tenía muchos desperfectos. La obra perdió
algunas de las partes más frágiles, como los brazos de los hijos de Laocoonte y
el brazo derecho de este, que le
daba la forma final a la escultura. Esto se puede saber ya que se conserva un
grabado de Marco Dente de la obra tal como fue descubierta. Debido a que
faltaba el importantísimo brazo derecho de Laocoonte muchos artistas empezaron
a debatir cual sería su posición original. Algunos, como Miguel Ángel opinaban
que el brazo debía estar flexionado, pero otros rebatían esa idea diciendo que
debía estar extendido. En 1520, Baccio Bandinelli hizo la primera
reconstrucción en cera del brazo de Laocoonte, el cual estaba ligeramente
flexionado. 11 años después vino la segunda reconstrucción, pero esta vez en
terracota. Realizada por Montorsoli (ex-asistente de Miguel Ángel), el cual,
separó el brazo de la cabeza dejándolo más estirado. Esto hace que la obra
parezca más inestable ya que refuerza la diagonal de la pierna, como podemos
ver en el dibujo que hizo Thomassin Simon en 1694. Más tarde, en 1725 se vuelve
a retocar el brazo, pero esta vez estirándolo en exceso y en 1819 vuelve a la posición
de Montorsoli. Hasta que finalmente en 1905 el arqueólogo Lugwig Pollac
encuentra el brazo perdido en una vieja tienda de antigüedades situada muy
cerca de dónde se descubrió la escultura 400 años antes. De esta manera se
comprobó que Miguel Ángel tenía razón y el brazo originalmente estaba
flexionado. Se eliminaron todas las reconstrucciones de la escultura y se le
añadió su brazo original, esta última restauración fue realizada por Filippo
Magi entre 1957 y 1960.
La copia
romana mide 1’84x2’45m además de estar realizada mediante la técnica de talla en mármol. En cambio,
la original se realizó mediante la técnica de la cera perdida en bronce.
La finalidad de la obra original no se
sabe con exactitud, pero se barajan principalmente dos posibilidades: una es
que fuera encargada por el Estado para colocarla en un lugar público, la otra
posibilidad es que fuera encargada por un particular. Por el contrario la finalidad
de la copia romana fue adornar casas lujosas, para ser más exactos, la Domus
Aurea de Nerón (Roma).
El Laocoonte
y sus hijos toca los temas
mitológicos y religiosos. El tema mitológico viene ya que los personajes
representados tienen lugar en una leyenda sobre dioses griegos. El tema
religioso se debe a que las personas interpretaban que el mensaje de la
escultura trata de la impotencia de los hombres frente al poder de los dioses.
Pero, por el contrario, el mensaje que querían transmitir los artistas está muy
lejos de esas ideas. Los artistas helenísticos no buscan ningún tipo de sentido
religioso, ellos únicamente quieren transmitir una sensación al espectador, en
este caso, el dolor.
Esta
escultura representa a Laocoonte y sus hijos, tal como indica su título. Estos
personajes tienen su origen de la
epopeya llamada “Eneida” de Virgilio, del siglo I a.C. Laocoonte era un
sacerdote del dios Apolo en Troya, además contrajo matrimonio con Antiopa
teniendo 2 hijos. En la guerra de Troya, los griegos dejaron un caballo gigante
de madera delante de las puertas de Ilión o más bien conocida bajo el nombre de
Troya, como supuesta ofrenda a Atenea o Poseidón (según interpretaciones).
Laocoonte duda de las intenciones de los griegos y avisa a los jefes troyanos
de que era una trampa. En la epopeya aparece la siguiente cita dicha por
Laocoonte: “Necios, no os fiéis de los griegos ni siquiera cuando os lleven
regalos”. A raíz de ello, Poseidón o Atenea le envió a Laocoonte dos serpientes
marinas llamadas Porce y Caribea, que acabaron estrangulando a este y a sus
hijos. Los troyanos se tomaron aquello como un mensaje de los dioses para no
hacerle caso a Laocoonte y finalmente llevaron el caballo dentro de las
murallas de la ciudad. Pero en el interior del caballo había un gran número de
soldados griegos los cuales salieron por la noche y destruyeron Troya.
Aunque la
copia romana de la escultura está basada en la obra de Virgilio, se cree que la
escultura original de bronce estaba inspirada en un poema troyano que contaba
la misma historia que la Eneida, pero había una diferencia. En este poema se
relata que solo murió un hijo de Laocoonte, por lo que se cree que el grupo
escultórico original estaba formado únicamente por Laocoonte y un hijo.
Posteriormente para que coincidiese con la epopeya se puso al otro hijo en la
escultura.
La escultura
de Laocoonte y sus hijos se desarrolló en un momento en el que Grecia había sido conquistada por
Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno). Las influencias venidas de
Oriente transformaron los clásicos ideales griegos, provocando la aparición de
nuevos valores culturales y estéticos, el helenismo, y la difusión del legado
griego por los nuevos territorios conquistados. Durante ese tiempo el ciudadano
expuesto hacia un mundo cambiante pierde la confianza que tenía en la polis por
lo que se siente desprotegido. Esto hace perder la fe en los modelos clásicos,
siendo cambiado estos por modelos con temáticas más ricas y diversas, que intentan
representar más lo particular que un ideal de perfección.
La composición de la escultura es
piramidal, siendo la cabeza de Laocoonte el vértice. En ella hay 3 diagonales,
la principal que va desde el brazo derecho de Laocoonte a la pierna derecha del
hijo a su izquierda. Otra diagonal va de la cabeza de Laocoonte a la rodilla
izquierda del hijo situado a su izquierda. Y la última diagonal va del hombro
derecho del hijo a su derecha cruzando la rodilla derecha de Laocoonte. Aparte
las tres figuras quedan unidas por las líneas helicoidales de las serpientes,
aportando un gran dinamismo a la escena. El sacerdote es el eje central y su
figura se equilibra con las de sus hijos de menor tamaño. El resultado es un
triángulo que no resulta estático ni simétrico. Está representado de manera frontal
aunque se puede ver desde cualquier perspectiva ya que es una escultura exenta
o de bulto redondo.
La escuela
de Rodas, con este conjunto escultórico representa la mayoría de las características en las que se basaba el
helenismo. Una primera característica sería que rompe la serenidad y el
equilibrio de los clásicos. Esta figura representa una lucha mortal por la
vida, de forma que los músculos se representan en la extrema tensión, en un
intento de escapar de aquel abrazo mortal. Otra característica sería la
teatralidad y la grandiosidad de estas, lo que transmitía al espectador
distintas sensaciones. En este caso los autores desean transmitir ese gran
dolor por parte de Laocoonte. El estilo helenístico le daba más importancia a
los grupos escultóricos, como en este caso, ya que eran más imponentes. Los
movimientos tienen mucho más dinamismo. Esta obra en concreto representa un
movimiento continuo e intenso de los cuerpos que es entrelazado por las
serpientes dando sensación de tres dimensiones, a la vez que dota a la obra de
una gran perspectiva natural dándole mayor realismo. Otra característica serían los propios
cuerpos representados, que se separan del ideal griego de un cuerpo perfecto.
Los cuerpos dejan de ser proporcionados
y se añaden al repertorio: viejos, niños, retratos de personas concretas, etc.
En este caso mientras los hijos tienen una anatomía más clásica, el padre tiene
una anatomía que recuerda a la escultura del siglo IV por su movimiento
muscular. Aparte de eso los autores exageran demasiado la musculatura de los
cuerpos, aunque especialmente la de los hijos. Ya que a esa edad no deberían
mostrar una fisionomía parecida a la del padre como es el caso. Por último,
pero una de las características más importante es el pathos, técnica muy significativa en esta escultura. El rostro
agonizante de Laocoonte, junto con el de sus hijos muestra un gran dolor, este
viene dado por los ojos descendentes, asimetría, arrugas de la frente y la boca
entreabierta. Además en especial Laocoonte refuerza el patetismo gracias al
pelo despeinado con formas centrífugas que le hacen ver un gran realismo, esta
técnica se llama trépano, en la cual se usa un taladro para crear los rizos del
pelo y la barba, además de las fosas nasales y los conductos auditivos, llegando
en este caso a una extrema perfección. Gracias a esta técnica y estos relieves se consigue unos perfectos
efectos de claroscuro que disparan el realismo de la escena.
Laocoonte y
sus hijos es la escultura más importante de la escuela de Rodas, que destacó durante el período helenístico.
En ella se fijaron artistas tan importantes como: Miguel Ángel y El Greco. A
Miguel Ángel le marcó mucho esta escultura, lo que hizo que se inspirara en
ella para la realización de algunas de sus obras más emblemáticas: El Moisés,
el techo de la capilla Sixtina, La Serpiente de Bronce, etc. El Greco se sintió
atraído y eso hizo que influyese en su pintura. Incluso la Iglesia adoptó la
expresión de dolor de Laocoonte para representar a los mártires cristianos.
Este grupo escultórico supuso un fuerte golpe en el clasicismo, no solo en
Miguel Ángel, sino también en toda la Italia renacentista del siglo XVI. Por
último, el dinamismo que mostraba Laocoonte y sus hijos fue modelo para los
escultores y los pintores de ese siglo y los posteriores, de hecho fue esencial
para crear las bases de lo que sería el barroco.
El grupo
escultórico sin las reconstrucciones fue trasladado a París como botín del
ejército napoleónico durante su campaña en Italia en 1796, pero en 1816 volvió
a Roma y se volvió a exponer junto a las reconstrucciones. Aunque actualmente se muestra en el Museo Pío-Clementino de la Ciudad del
Vaticano, sin ellas.
Por último Winckelmann, historiador de arte, pensaba de la obra que: “su miseria nos alcanzara hasta el alma, pero deberíamos poder soportar la miseria como este gran hombre”
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