domingo, 4 de diciembre de 2016

Laocoonte y sus hijos

La escultura es: “Laocoonte y sus hijos”. Para comenzar hay que tener claro que la escultura que se conoce hoy en día es una copia romana de una anterior realizada en bronce. Se cree que los autores originales fueron Agesandro, Polidoro y Atenodoro, padre e hijos respectivamente, pertenecientes a la escuela de Rodas. Pero debido a la gran brecha temporal no se puede saber a ciencia cierta si esto es verídico. La única relevancia al creador se le daba a la escuela, en este caso en concreto a la de Rodas.

Al igual que ocurría con sus autores tampoco es segura su datación. Aunque actualmente la mayoría de historiadores de arte la fechan en el siglo II a.C, antes se creía que era del siglo I a.C ya que se encontraron con una firma que encajaba bastante bien en el perfil, pero Gisela Richter se percató de la existencia de Agesandro, Polidoro y Atenodoro, los cuales además de parecer muy importantes en su época tenían otra obra a su nombre, en este caso un friso llamado Altar de Pérgamo, cuya obra tiene bastantes parecidos con la escultura de Laocoonte y sus hijos. Además al ser en el mismo siglo y con el mismo estilo, helenista, se reconocieron a estos como autores y así dataron finalmente la escultura.

Por el contrario la copia se descubrió en 1506. Durante las excavaciones de la Domus Aurea, palacio de Nerón (Roma). Este descubrimiento impresionó tanto a los artistas de la época que la noticia llegó a oídos del Papa Julio II, el cual rápidamente mandó allí a sus mejores artistas: Sangallo y Miguel Ángel. Sangallo al ver la escultura exclamó: “¡Este es el Laocoonte que mencionaba Plinio!”. Plinio el Viejo, escritor romano en el año 70 d.C describió en su obra “Naturalis Historia” la escultura de Laocoonte diciendo: “Debe ser situada por delante de todas, no sólo del arte estatuaria sino también del de la pintura. Fue esculpida en un solo bloque de mármol por los excelentes artistas de Rodas Agesandro, Polidoro y Atenodoro y representa a Laocoonte, sus hijos y las serpientes admirablemente enroscadas”. El Papa compró la escultura ya que aunque no estaba hecha en un bloque como decía Plinio, seguía siendo la legendaria escultura.

Cuando la escultura fue descubierta se vio que tenía muchos desperfectos. La obra perdió algunas de las partes más frágiles, como los brazos de los hijos de Laocoonte y el brazo derecho de este, que le daba la forma final a la escultura. Esto se puede saber ya que se conserva un grabado de Marco Dente de la obra tal como fue descubierta. Debido a que faltaba el importantísimo brazo derecho de Laocoonte muchos artistas empezaron a debatir cual sería su posición original. Algunos, como Miguel Ángel opinaban que el brazo debía estar flexionado, pero otros rebatían esa idea diciendo que debía estar extendido. En 1520, Baccio Bandinelli hizo la primera reconstrucción en cera del brazo de Laocoonte, el cual estaba ligeramente flexionado. 11 años después vino la segunda reconstrucción, pero esta vez en terracota. Realizada por Montorsoli (ex-asistente de Miguel Ángel), el cual, separó el brazo de la cabeza dejándolo más estirado. Esto hace que la obra parezca más inestable ya que refuerza la diagonal de la pierna, como podemos ver en el dibujo que hizo Thomassin Simon en 1694. Más tarde, en 1725 se vuelve a retocar el brazo, pero esta vez estirándolo en exceso y en 1819 vuelve a la posición de Montorsoli. Hasta que finalmente en 1905 el arqueólogo Lugwig Pollac encuentra el brazo perdido en una vieja tienda de antigüedades situada muy cerca de dónde se descubrió la escultura 400 años antes. De esta manera se comprobó que Miguel Ángel tenía razón y el brazo originalmente estaba flexionado. Se eliminaron todas las reconstrucciones de la escultura y se le añadió su brazo original, esta última restauración fue realizada por Filippo Magi entre 1957 y 1960.

La copia romana mide 1’84x2’45m además de estar realizada mediante la técnica de talla en mármol. En cambio, la original se realizó mediante la técnica de la cera perdida en bronce.

La finalidad de la obra original no se sabe con exactitud, pero se barajan principalmente dos posibilidades: una es que fuera encargada por el Estado para colocarla en un lugar público, la otra posibilidad es que fuera encargada por un particular. Por el contrario la finalidad de la copia romana fue adornar casas lujosas, para ser más exactos, la Domus Aurea de Nerón (Roma).

El Laocoonte y sus hijos toca los temas mitológicos y religiosos. El tema mitológico viene ya que los personajes representados tienen lugar en una leyenda sobre dioses griegos. El tema religioso se debe a que las personas interpretaban que el mensaje de la escultura trata de la impotencia de los hombres frente al poder de los dioses. Pero, por el contrario, el mensaje que querían transmitir los artistas está muy lejos de esas ideas. Los artistas helenísticos no buscan ningún tipo de sentido religioso, ellos únicamente quieren transmitir una sensación al espectador, en este caso, el dolor.

Esta escultura representa a Laocoonte y sus hijos, tal como indica su título. Estos personajes tienen su origen de la epopeya llamada “Eneida” de Virgilio, del siglo I a.C. Laocoonte era un sacerdote del dios Apolo en Troya, además contrajo matrimonio con Antiopa teniendo 2 hijos. En la guerra de Troya, los griegos dejaron un caballo gigante de madera delante de las puertas de Ilión o más bien conocida bajo el nombre de Troya, como supuesta ofrenda a Atenea o Poseidón (según interpretaciones). Laocoonte duda de las intenciones de los griegos y avisa a los jefes troyanos de que era una trampa. En la epopeya aparece la siguiente cita dicha por Laocoonte: “Necios, no os fiéis de los griegos ni siquiera cuando os lleven regalos”. A raíz de ello, Poseidón o Atenea le envió a Laocoonte dos serpientes marinas llamadas Porce y Caribea, que acabaron estrangulando a este y a sus hijos. Los troyanos se tomaron aquello como un mensaje de los dioses para no hacerle caso a Laocoonte y finalmente llevaron el caballo dentro de las murallas de la ciudad. Pero en el interior del caballo había un gran número de soldados griegos los cuales salieron por la noche y destruyeron Troya.

Aunque la copia romana de la escultura está basada en la obra de Virgilio, se cree que la escultura original de bronce estaba inspirada en un poema troyano que contaba la misma historia que la Eneida, pero había una diferencia. En este poema se relata que solo murió un hijo de Laocoonte, por lo que se cree que el grupo escultórico original estaba formado únicamente por Laocoonte y un hijo. Posteriormente para que coincidiese con la epopeya se puso al otro hijo en la escultura.

La escultura de Laocoonte y sus hijos se desarrolló en un momento en el que Grecia había sido conquistada por Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno). Las influencias venidas de Oriente transformaron los clásicos ideales griegos, provocando la aparición de nuevos valores culturales y estéticos, el helenismo, y la difusión del legado griego por los nuevos territorios conquistados. Durante ese tiempo el ciudadano expuesto hacia un mundo cambiante pierde la confianza que tenía en la polis por lo que se siente desprotegido. Esto hace perder la fe en los modelos clásicos, siendo cambiado estos por modelos con temáticas más ricas y diversas, que intentan representar más lo particular que un ideal de perfección.

La composición de la escultura es piramidal, siendo la cabeza de Laocoonte el vértice. En ella hay 3 diagonales, la principal que va desde el brazo derecho de Laocoonte a la pierna derecha del hijo a su izquierda. Otra diagonal va de la cabeza de Laocoonte a la rodilla izquierda del hijo situado a su izquierda. Y la última diagonal va del hombro derecho del hijo a su derecha cruzando la rodilla derecha de Laocoonte. Aparte las tres figuras quedan unidas por las líneas helicoidales de las serpientes, aportando un gran dinamismo a la escena. El sacerdote es el eje central y su figura se equilibra con las de sus hijos de menor tamaño. El resultado es un triángulo que no resulta estático ni simétrico. Está representado de manera frontal aunque se puede ver desde cualquier perspectiva ya que es una escultura exenta o de bulto redondo.

La escuela de Rodas, con este conjunto escultórico representa la mayoría de las características en las que se basaba el helenismo. Una primera característica sería que rompe la serenidad y el equilibrio de los clásicos. Esta figura representa una lucha mortal por la vida, de forma que los músculos se representan en la extrema tensión, en un intento de escapar de aquel abrazo mortal. Otra característica sería la teatralidad y la grandiosidad de estas, lo que transmitía al espectador distintas sensaciones. En este caso los autores desean transmitir ese gran dolor por parte de Laocoonte. El estilo helenístico le daba más importancia a los grupos escultóricos, como en este caso, ya que eran más imponentes. Los movimientos tienen mucho más dinamismo. Esta obra en concreto representa un movimiento continuo e intenso de los cuerpos que es entrelazado por las serpientes dando sensación de tres dimensiones, a la vez que dota a la obra de una gran perspectiva natural dándole mayor realismo.  Otra característica serían los propios cuerpos representados, que se separan del ideal griego de un cuerpo perfecto. Los cuerpos dejan  de ser proporcionados y se añaden al repertorio: viejos, niños, retratos de personas concretas, etc. En este caso mientras los hijos tienen una anatomía más clásica, el padre tiene una anatomía que recuerda a la escultura del siglo IV por su movimiento muscular. Aparte de eso los autores exageran demasiado la musculatura de los cuerpos, aunque especialmente la de los hijos. Ya que a esa edad no deberían mostrar una fisionomía parecida a la del padre como es el caso. Por último, pero una de las características más importante es el pathos, técnica muy significativa en esta escultura. El rostro agonizante de Laocoonte, junto con el de sus hijos muestra un gran dolor, este viene dado por los ojos descendentes, asimetría, arrugas de la frente y la boca entreabierta. Además en especial Laocoonte refuerza el patetismo gracias al pelo despeinado con formas centrífugas que le hacen ver un gran realismo, esta técnica se llama trépano, en la cual se usa un taladro para crear los rizos del pelo y la barba, además de las fosas nasales y los conductos auditivos, llegando en este caso a una extrema perfección. Gracias a esta técnica  y estos relieves se consigue unos perfectos efectos de claroscuro que disparan el realismo de la escena.

Laocoonte y sus hijos es la escultura más importante de la escuela de Rodas, que destacó durante el período helenístico. En ella se fijaron artistas tan importantes como: Miguel Ángel y El Greco. A Miguel Ángel le marcó mucho esta escultura, lo que hizo que se inspirara en ella para la realización de algunas de sus obras más emblemáticas: El Moisés, el techo de la capilla Sixtina, La Serpiente de Bronce, etc. El Greco se sintió atraído y eso hizo que influyese en su pintura. Incluso la Iglesia adoptó la expresión de dolor de Laocoonte para representar a los mártires cristianos. Este grupo escultórico supuso un fuerte golpe en el clasicismo, no solo en Miguel Ángel, sino también en toda la Italia renacentista del siglo XVI. Por último, el dinamismo que mostraba Laocoonte y sus hijos fue modelo para los escultores y los pintores de ese siglo y los posteriores, de hecho fue esencial para crear las bases de lo que sería el barroco.

El grupo escultórico sin las reconstrucciones fue trasladado a París como botín del ejército napoleónico durante su campaña en Italia en 1796, pero en 1816 volvió a Roma y se volvió a exponer junto a las reconstrucciones. Aunque actualmente se muestra en el  Museo Pío-Clementino de la Ciudad del Vaticano, sin ellas.



Por último Winckelmann, historiador de arte, pensaba de la obra que: “su miseria nos alcanzara hasta el alma, pero deberíamos poder soportar la miseria como este gran hombre”














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