La portada de San Pedro de Moissac, realizada en la primera mitad del siglo XII y ubicada en la comuna
francesa de Moissac dentro del Camino de
Santiago, es una de las más representativas del periodo románico.
El arte románico fue el primer gran estilo artístico
claramente cristiano y europeo que agrupaba todos los estilos de la Edad Media
y que conjugó una forma específica y coherente que se aplicó al resto de
manifestaciones artísticas, el cual predominó en Europa desde el siglo XI hasta
el XIII.
Tras su fundación fue saqueada por los musulmanes al ser
derrotados en la batalla de Poitiers en el 1402, y está totalmente ligada a la
abadía de Cluny, convirtiéndose desde el siglo XII, en el centro monástico del
suroeste de Francia más reconocido, del cual destaca el tímpano de la portada
sur, que se considera la pieza maestra.
Es en el tímpano donde cobra vida la visión de San Juan
sobre el apocalipsis, “y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el
trono, uno sentado… y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi
sentados… a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de
oro en sus cabezas… y delante del trono había como un mar de vidrio semejante
al cristal, y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes
llenos de ojos delante y detrás. El primer ser viviente era semejante a un
león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de
hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.”
En el centro de esta composición, se aprecia totalmente la
jerarquía y la posición hierática y frontal de la figura de Cristo en majestad
que se encuentra sentado en su trono bendiciendo y a su vez sosteniendo el
Libro de la ley. Este se encuentra coronado por un nimbo crucífero y en el
interior de la mandorla mística que se entiende como la luz que emana de lo
sagrado.
El Cristo se
encuentra rodeado por los símbolos evangelistas, el hombre que representa a
Mateo, el león que es Marcos, el toro encarnando a Lucas y Juan por el águila,
acompañados por dos ángeles que portan
unos pergaminos lo que se entiende como la insinuación del Juicio Final cuyo
canon es alargado y se adaptan perfectamente al espacio.
Los veinticuatro ancianos que aun conservan restos de policromía
resaltan por sus posiciones antinaturales con un cierto dinamismo respecto a
sus cabezas y su visión que se posa entorno a la figura del Cristo, estos se
posicionan por debajo de las olas del mar de cristal ondulantes y sujetan
instrumentos musicales.
En la parte inferior que cierra el tímpano, es decir el
dintel, está decorado con ruedas de fuego símbolo del castigo infernal y a su vez las jambas de perfil dentado hacia el interior con forma
de onda, y con las imágenes de San Pedro, patrón de la abadía y a la derecha
Isaías por referencias de ambos testamentos.
Es en el parteluz donde destacan las parejas de leones en
posición entrelazada lo que indica el bien y se relaciona con Cristo, pero
también puede significar la fuerza, ya que es el medio por el que se sostiene
el dintel y por el que se protege la entrada de la iglesia. En sus caras
laterales, en la derecha, el profeta Jeremías con un pergamino en las manos y
en la izquierda el apóstol Pablo.
También se representa a Abraham el cual recoge almas
(representado como niños) en el lado derecho del pórtico, la cena del rico
Epulón mientras un pobre se muere de hambre… entre otras escenas.
Respecto a la composición en general, el tímpano presenta
escaso volumen, es bastante plano y antiguamente estaba policromado, sus
características principales es el uso del Horror Vacui, por lo que la
superficie queda completamente llena, la simetría especialmente en la figura
del Cristo y llegando hasta el parteluz. El hecho de que el Cristo aparezca en
un mayor tamaño y con una visión frontal da lugar a la presencia de la
frontalidad y la perspectiva jerárquica. El hieratismo y rigidez son muy
destacables en las figuras serias con un distanciamiento como de autoridad.
Todas las figuras se adaptan al marco, y así como sucede en las esculturas, las
jambas y el parteluz se alargan. Además de todas estas características, destaca
la geometrización, esquematización y especialmente el antinaturalismo, lo cual
se contrapone con la gran expresividad que transmiten las miradas de admiración
de los ancianos hacia Cristo.
En esta época feudal tanto la político y el territorio están
marcados por la fe religiosa, donde existen una gran importancia de la iglesia
y especialmente de los monasterios, los cuales estaban promovidos por la
nobleza y la monarquía. Los monasterios no solo eran punto de oración y de
lugar de albergue para los peregrinos, también eran centros económicos
(señoríos) y culturas encargados de conservar y copiar los manuscritos. Por
tanto, tenían una función claramente didáctica y moral.
La abadía de Moissac junto con su claustro forma parte de
los bienes inscritos en el Camino de Santiago en Francia, declarados Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 1998.
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