Saturno devorando a sus
hijos
En este terrorífico cuadro se observa tanto el horror del espectador, como del propio
personaje, Saturno. Sus tensos músculos y grandes ojos reflejan su terror
mientras devora a su propio hijo.
Sobre un fondo neutro
de color negro, aparece un desproporcionado
hombre esquelético, con hambre, mirándonos con unos ojos terroríficos. Aprieta
sus manos mientras sujeta con fuerza a su ya desmembrado hijo, al cual le falta
la cabeza y parte del brazo izquierdo. Mientras, la sangre es esparcida por el
pequeño cuerpo del hijo.
Goya, con este cuadro, desmitifica la figura de Saturno,
quitándole así el nombre de “Dios”. Pues lo muestra de forma muy vulgar,
humanizándolo y destituyéndolo.
“ El tiempo también pinta ”
―
Francisco de Goya
La pintura fue realizada por Francisco de Goya y lucientes entre 1820-1823 y, aunque perteneciente al neoclasicismo por situación
histórica, Goya fue un pintor inclasificable.
La obra tiene unas dimensiones de 143,5
x 81,4 cm. Realizada en la planta baja de su casa conocida anteriormente como "la Quinta del sordo".
La técnica
utilizada por Goya es una técnica mixta, es decir, óleo sobre la pared, traspasada posteriormente a lienzo para su
exposición en el Museo del Prado.
Esta obra entra dentro del las catorce escenas bajo el
título de: “Pinturas Negras”.
Llamadas así por el uso de pigmentos oscuros
y negros, además de lo sombrío
de los temas. Se pintó sobre la pared
seca, no al fresco, y en la mezcla de los pigmentos se utilizó el óleo. Estas
pinturas tenían pegados unos marcos de papel. Fueron pintadas en la planta baja
y alta de una casa de campo conocida, antes de la apropiación de Goya, por “La
Quinta del sordo”. Especialmente, la obra “Saturno devorando a sus hijos” se
situó en el comedor de dicha vivienda. Esta está localizada a las afueras de
Madrid junto al río Manzanares. En 1876, se derribó el ala izquierda, donde
estuvieron las Pinturas negras. Porque al arrancar las pinturas hubo que
perforar las paredes de adobe, arruinando las salas. Finalmente, la casa entera
fue derribada en 1909.
(Se conocen fotos del
conjunto in situ, realizadas hacia 1873 por el fotógrafo francés Jean Laurent)
Francisco de Goya
nació en el año 1746, en Fuendetodos, entró a aprender el oficio de pintor
en el taller de José Luzán, donde estuvo cuatro años copiando estampas hasta
que se decidió a establecerse por su cuenta. Al principio de su vida Goya no
cuida de su reputación profesional y apenas pinta algunos encargos que le
vienen de sus amigos. En su primer autorretrato aparece como lo que siempre
fue: un hombre tozudo, desafiante y sensual. Poco tiempo después obtuvo el
encargo de diseñar cartones para la Real Fábrica de Tapices de Madrid. Como,
por ejemplo: Merienda a orillas del
Manzanares o El quitasol.
Hacia 1776 reside en
Madrid y tiene dos hijos. Un año después es víctima de una grave enfermedad que
a punto está de acabar con su vida, pero se recupera y pronto recibe encargos
del propio Carlos IV. Se influenciará por Velazquez. Años después concibe un
nuevo hijo, el único de sus hijos que sobrevivirá. Más tarde obtiene el título
de pintores del rey. En invierno de 1792, cae gravemente enfermo y queda sordo
de por vida. Además, anda con dificultad y presenta algunos problemas de
equilibrio y de visión. Comienza entonces una nueva etapa en la vida de Goya.
Debido a los graves problemas de comunicación y relación que la sordera le
ocasiona aparece un proceso de
introversión y aislamiento. Por problemas de salud tuvo que dimitir como
director de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y
sufrió el fallecimiento de su amigo, Zapater.
El pesimismo de Goya
aumenta: muere su esposa, publica sus famosas series de grabados, en 1819
decora la Quinta del Sordo (aunque se cree que el nombre fue por la sordera de
Goya, esto no fue así. Fue por la sordera del anterior dueño de la casa), con
las llamadas “pinturas negras”, meses
después cae gravemente enfermo pero es salvado. En 1823, tras la invasión del
ejército francés los Cien Mil Hijos de San Luis, se ve condenado a esconderse y
al año siguiente escapa a Burdeos, refugiándose en casa de un amigo.
En 1826, Goya regresó a Madrid, donde permaneció dos meses,
para marchar de nuevo a Francia. Murió
en Burdeos, el 16 de abril de 1828, siendo enterrado en Francia. En 1899
sus restos mortales fueron sepultados en Madrid.
“Todavía estoy aprendiendo (escrito por Francisco De Goya en un dibujo
que hizo a los ochenta años).”
― Francisco de Goya
En la mitología
romana Saturno (Cronos para los griegos) era un importante dios de la
agricultura y la cosecha. Saturno es representado como un anciano con larga y espesa
barba blanca, con una hoz en la mano. Es el emblema del tiempo y lo simboliza
como algo muy antiguo que todo lo destruye y acaba.
El titán Cronos era hijo de Urano (dios del cielo) y Gaia
(diosa de la Tierra). Urano encerró a sus hijos, los titanes, a los gigantes y
a los cíclopes en el cuerpo de Gaia, en lo más profundo para que no viesen la
luz del Sol. Gaia no estaba a favor de esto y además sufría muchos dolores.
Cronos, con una hoz dada por su madre, Gaia, consigue liberarse y derrotar a su
padre, Urano, y se hace con el control del universo. Corrompido por el poder
Cronos se convierte en un tirano como su padre, pues encierra a los cíclopes y
a los gigantes. Se casa con su hermana Rea. Con miedo de que le pasase lo mismo
que a su padre empieza a comerse a todos sus hijos, hasta que Rea pare a Zeus
(el más pequeño de todos). Esta envuelve con sábanas una piedra para Cronos y deja a Zeus en Creta. Cuando
Zeus creció hizo vomitar a Cronos para salvar a sus hermanos. Ahora, Zeus con
la ayuda de los gigantes y los cíclopes derrota a Cronos y al resto de los
titanes, excepto Atlas, el cual fue encargado de sostener el cielo sobre su
espalda. Ahora Zeus, Júpiter para los romanos, y sus hermanos, son los que reinan
el universo.
El rojo de la
sangre que surge del cuerpo mutilado y la
furia en los ojos desorbitados por la locura
de Saturno, contrastan con los tonos
sombríos y negro. Goya otorga protagonismo
a las manchas de color y a la distorsión
feroz de las formas, frente a la pobre
delineación del dibujo. La obra es de carácter expresionista, y busca asombrar al espectador.
Saturno devorando a un hijo reúne lo grotesco, y sirve como reflejo de un Goya visionario, sutil y
descarnado. Se muestra lo feo, lo terrible. Pues ya no es la belleza el objeto
del arte, sino el pathos, dolor. Es
una forma de mostrar todos los aspectos de la vida humana, sin descartar los
más desagradables. La gama de colores
empleada se reduce a ocres, blancos, dorados, grises y negros, es decir,
colores cálidos en su mayoría.
Los dedos de Saturno se incrustan en la espalda del hijo,
hay un claro contraste entre el cuerpo
inerte del hijo y el cuerpo en tensión del padre, también hay contraste entre los colores de las espalda
del hijo, los cuales pasan de un ocre claro a un rojo intenso. Las pinceladas son discontinuas unas
enérgicas, otras saturadas y otras tienen grumos. Saturno emerge de una profundidad muy oscura y su cuerpo es deforme y
esquelético.
La luz es una
característica muy importante ya que enfoca directamente a la cara de Saturno y
al cuerpo de su hijo. Es una luz ciega que deja oscurecido el fondo dando así una sensación de tenebrismo. La composición gira entorno a un único plano en el que se sitúa Saturno devorando a la víctima. La
sensación de profundidad viene
marcada por el oscuro del fondo. Apreciamos un movimiento violento tanto en la postura que adopta Saturno, como en
su boca. Su rostro refleja una expresión de drama y tenebrismo. No es una obra
muy realista ya que es una situación inventada por Goya.
Además del significado mitológico de la obra, la simbología de la misma va más allá. Hay
diversas formas de entender la pintura de Goya. Por una parte, Saturno, podría
simbolizar a una antigua generación
destruyendo, devorando, a la nueva
generación, el hijo. Por ejemplo, se puede relacionar con los acontecimientos
de la historia de la España que vivió Goya. Puesto que la tiranía del Gobierno
y las terribles guerras no dejaban prosperar a la nueva generación. Como él
mismo, pues tuvo que exiliarse. Otra forma de interpretación sería, el Rey devorando a sus hijos, o
incluso, Cronos/Saturno (dios del
tiempo, no confundir con Chronos) representando
el paso del tiempo, que todo lo consume.
Goya se adelanta a su
tiempo, anticipando algunas de las corrientes vanguardistas del arte del
siglo XX. Pues sus pinturas se enlazarían con el expresionismo.
A lo largo del tiempo han tenido lugar distintas obras
referentes al tema tratado por Goya en este cuadro, como pueden ser: Daniele
Crespi, Saturno devorando a su hijo, 1619. Rubens, Saturno, 1635, Museo del
Prado. Giulia Lama, Saturno devorando a su hijo, 1735. Goya, Saturno devorando
a uno de sus hijos, 1819-23, Museo del Prado.
Aun con esta variedad de obras similares en cuanto a
temática, ninguna es tan oscura y desgarradora como la de Goya. La paleta de
colores utilizada, las grandes pinceladas y la representación de los
personajes, hacen de esta obra una inconfundible y destacable allá dónde vaya.
“La fantasía, aislada de la razón, sólo
produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y
fuente de sus deseos. ”
― Francisco de Goya
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