sábado, 25 de marzo de 2017

EL CONDE DUQUE DE OLIVARES

CONDE DUQUE DE OLIVARES DE VELAZQUEZ

Velazquez es un pintor barroco del siglo XVII, por lo que vivió en el siglo de oro del arte español. Empezó en el taller de Pacheco (Sevilla), donde pintó obras con un realismo inusual y magníficos efectos de claroscuro que le hizo destacar por encima de muchos otros. En sus primeros años en Sevilla desarrolló un estilo naturalista y de iluminación tenebrista por influencia de Caravaggio y de sus seguidores. Se transladó a Madrid a la edad de 24 años y fue nombrado pintor de la corte de Felipe IV y posteriormente fue nombrado pintor de cámara, cargo más importante dentro de los pintores a la corte. Así mismo tuvo mucho apoyo por parte del Conde-Duque de Olivares, por lo que tuvo que esmerarse para realizar el cuadro encargado por el mismo.
Hizo dos viajes a Italia. En su primer viaje aprendió sobre la pintura antigua.
En su segundo viaje fue a petición del Papa Inocencio X, con el motivo de retratarle, a esta etapa de su vida pertenecen sus dos últimas obras maestras: las meninas y las hilanderas. Velazquez también destaca por el hecho de retratar el aspecto psicológico y el carácter de las personas retratadas en sus cuadros. Además, a parte de pintar a personas importantes, también pintaba a personas tullidas y enanas, e incluso a su sirviente retratándolo con la misma dignidad con la que puede retratar al Papa Inocencio X.
Esta obra tiene esta fechada en dos años distintos. 1636 que es la que nos indica el Museo del Prado y 1638.
En esta obra, el retrato ecuestre del Conde-Duque de olivares, se puede observar un paisaje que representa la escena de la batalla, esta está tratada desde la lejanía y tratada con pequeñas mancas. Adem,as el oaisaje es muy esquemático puesto que Velazquez no representó ni edificios ni personajes. Esto se puede deber a que Velazquez no conocía la localidad de Fuenterrabía donde aconteció la batalla descrita, aunque hay otras fuentes que creen que no se trata de ninguna batalla en concreto. De echo las colinas se difuminan en tonos verdes y azules, proporcionando sensación de lejanía, por ello se dice que tiene una perspectiva aérea muy acusada.
Tambien se puede observar la figura del Conde-Duque de Olivares montado sobre un caballo mostrando así su poder como válido y siendo a si la figura principal de la obra. El Conde-Duque está representado con media armadura, sombrero, banda y bengala de general, además de un bastón de mariscal que remarca el alto cargo que tenía.
La composición de la obra es de Aspa Barroca, hay dos diagonales que se cruzan en el centro. La prinera va desde la cabeza del caballo hasta la cola y la segunda el cuerpo del Conde-Duque, ascendiendo desde la izquierda hasta la derecha. También hay una composición piramidal con un predomimio de la verticalidad.La figura del Conde-Duque de Olivares se encuentra también en una posición totalmente escorzada, al marcarse una clara diagonal principal, que junto con la de perfil de la figura da sensación de profundidad. En la obra también se produce un adecuado tratamiento de las luces y las sombras representadas con un gran realismo. Por otro lado, el foco de luz proviene del margen izquierdo proyectando somnbras correctamente en la dirección opuesta.
Sobre el color predominan los colores fríos como el azul cielo, el blanco de las nubes o el tono pardo de las colinas aunque contrastan con el color marrón del caballo y el rojo de la faja del Conde-Duque que son cálidos.
Para acabr, un detalle curioso es que en la esquina inferior izquierda observamos una hoja de papel vacía en la cual debía haber firmado el pintor sevillano. Esto significa que velazquez, orgulloso del cargo de la familia real y de su gran fama, no siente la necesidad de firmar su obra, pues no hay otro artista capaz de pintar como él y al mismo tiempo consideraba sus obras la mejor firma.

































Pablo Rucio Crespo.

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