El templete de San Pietro in
Montorio es obra del arquitecto del Cinquecento Bramante. Fue eregido en 1502
en el lugar en el que sufrió martirio San Pedro y se terminó en 1510 en uno de
los patios del convento franciscano homónimo en Roma, actual Academia de España
en Roma.
Esta obra es considerada como el
manifiesto de la arquitectura del clasicismo renacentista dada su pureza en las
líneas y su austeridad decorativa.
La construcción y fundación se
debió a la petición de los Reyes Católicos de España. Fue realizado en mármol,
granito y travertino con acabados en estuco y revoco y su origen fue una rotonda
períptera. La rotonda no era un concepto totalmente nuevo ya que en el siglo
anterior se habían construido ya edificios de planta circular pero la
característica principal de esta obra es que fue el primer edificio
renacentista en el que la cella está rodeada a la manera clásica con un anillo
de columnas con arquitrabe. Al igual que las edificaciones clásicas el espacio
entre las columnas se mantiene constante a lo largo de su perímetro por tanto
no se manifiesta ninguna indicación acerca de la situación del altar en el
interior de la cella.
Los fustes de granito de las
columnas fueron reutilizados de un templo antiguo añadiéndoles capiteles y
bases de mármol de orden toscano. Este orden es sencillo y compacto, una
versión romana de los órdenes griegos. Un elemento de ruptura con lo clásico
consiste en que el interior de la cella es demasiado pequeño para que el
visitante tenga la sensación de que su verdadera finalidad fuese la de crear
espacio. Construido en piedra cuenta con un diámetro interior de cuatro metros
y medio y el altar y la columnata que conducen a él ocupan aproximadamente la
mitad de su superficie por lo que hay poco espacio para una posible reunión de
personas. Esto contrasta con la tradición del periodo anterior de que los
edificios fueran lugares para albergar muchedumbres para la celebración de
ritos religiosos o actos l litúrgicos.
En el templete esto es un elemento secundario siendo el contenido real del
edificio su exterior. Esta construido para contemplarlo y no para utilizarlo
siendo un monumento al estilo tradicional y no una iglesia al uso.
La edificación de la planta es
circular imitando a los martyria
orientales, de hecho es un martyrium.
Dispone de una columnata que envuelve la cella, cubierta de una cúpula
semiesférica. Esta columnata conforma un peristilo. Este peristilo sostiene un
friso que recuerda al entablamento dórico con triglifos y metopas que dibujan
en un relieve poco pronunciado algunos objetos litúrgicos.
El templete se erige sobre una
escalinata seguida de un corto podio sobre el que se eleva la columnata toscana
de dieciséis columnas de fuste liso rematado por un entablamento formado por
metopas y triglifos (tiene un total de 48 metopas) y coronado por una
balaustrada. El muro de la cella, con dos cuerpos, tiene un muro exterior
decorado con nichos de remate semicircular que se alternan con vanos
adintelados separados por pilastras. Esta decoración se dispone rítmicamente
partiendo de la disposición de tres puertas y un altar, situados en los dos
extremos de dos ejes de la planta circular que se cruzan a modo de cardo y
decumano, cada trozo de muro situado entre dos puertas está decorado a su vez
por un vano. Los vanos solo permiten algún elemento decorativo en la parte
superior ya que culminan con una cúpula bulbíforme, con un perfil de curva y
contracurva, coronada de forma apuntada.
Bramante parte de una forma y no
una medida: el cilindro pues las columnas, balaustrada, pórticos, cella y
tambor son cilíndricas. Justo debajo del altar mayor está la cripta donde supuestamente
se clavó la cruz donde fue crucificado San Pedro.
Hasta aquí todos los elementos
descritos se enmarcan dentro de la tradición arquitectónica que sigue los
modelos del clasicismo grecoromano pero este esquema se rompe en la parte
superior del pórtico porque en él se alza una diminuta balaustrada que rodea el
cuerpo superior creando un espacio de transparencia que contrasta con la
pesadez de formas de la columnata que la soporta.
Bramante fue un pintor y
arquitecto italiano que introdujo el estilo del primer Renacimiento en Milán y
el “Alto Renacimiento” en Roma, donde vemos su obra más famosa, la Basílica de
San Pedro. Fue en Roma, después de una larga estancai en el Milán de los
Sforza, donde comenzó la última y más trascendental etapa de su actividad
artística estando en la capital italiana sus mayores creaciones. Tuvo una
formación quattrocentista pero su plenitud artística la alcanza en el siglo
XVI. Su arquitectura está caracterizada por la severidad y el uso de la planta
central cubierta por una cúpula. Entre sus proyectos más famosos está el de la
nueva basílica de San Pedro, y en este sentido el templete del monasterio de
San Pietro in Montorio puede considerarse el precedente más directo que inspiró
dicho proyecto ya que pasó por ser el punto de partida del estilo genuinamente
romano del Renacimiento. Estilo aportado por un grupo de artistas que van a
dejar su impronta en las obras que se inician en la Roma renacentista. Estos
trataron de plasmar las ideas neoplatónicas y concibieron mundos equilibrados y
permanentes que se aproximaban a la perfección abstracta e ideal. En este
aspecto el templete puede considerarse como el paradigma del templo platónico
ideal, tal como lo vemos imaginado en la Entrega
de las llaves de Perugino o en los Desposorios
de la Virgen de Rafael que copia el citado templete para representar un
templo pagano de Marte al pintar la famosa escena de San Pablo predicando. San
Pietro in Montorio es un directo descendiente de los viejos templos de Vesta y
de la Sibila así como también del famoso Panteón de Agripa, que tanto admiró
Bramante, y sigue la tradición conceptual de los mausoleos paleocristianos y
bizantinos. En él se resume toda una serie de formas arquitectónicas válidas en
otros tiempos y que van a continuar marcando los gustos estéticos del mundo
occidental.
Para acabar no podemos olvidar la
simbología y finalidad de este templete. El conjunto simboliza la condición del
Apóstol Pedro como Primer Pontífice y fundamento de la Iglesia. La cripta
simboliza el martirio del apóstol, el peristilo a la Iglesia militante, la
cúpula a la Iglesia triunfante y el crepidoma representa las tres virtudes. La
causa se trataba de levantar un memorial en donde se supone que tuvo lugar el
martirio de San Pedro y con este fin, se quiso erigir aquí un mausoleo sin
cámara mortuoria. Por eso la planta central no es un capricho del arquitecto,
Bramante quiso plasmar con ella la figura que transmite la idea de eternidad
coronada por una cúpula que nos transporta desde el mundo terrenal al celeste.
Aquí vuelven a aparecer las ideas neoplatónicas. Los artistas con esta
concepción del mundo van a crear formas próximas a este ideal de belleza unido
a la divinidad. De ahí que el círculo y la esfera sean consideradas como las
figuras perfectas y estén presentes en todas aquellas obras que aspiran a la
consecución de un ideal estético cercano a lo bello, y por tanto, a lo
perfecto.
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