El entierro del Conde de Orgaz se trata de una obra
pictórica realizada por el pintor renacentista Domenico Theotocopoulos realizada
entre los años 1586 y 1588, en el llamado Cinquecento
Italiano.
El Greco
(Domeniko) fue uno de los principales artistas del renacimiento español,
movimiento artístico poco desarrollado en España. Nacido en Creta (donde vivió
hasta los 26 años) se trasladó a Italia donde residió durante 10 años y se
instruyó en estilo renacentista gracias a las figuras cómo Tiziano, Tintoretto
y Miguel Ángel, además de las claras influencias
manieristas en sus obras. Fue en 1577 cuando se trasladó a la ciudad de
Toledo donde vivió hasta el final de sus días.
Esta obra se remonta en 1586, tras el encargo que Andrés
Núñez de Madrid (Párroco de Santo Tomé) realiza al Greco para la capilla de la
iglesia de Santo Tomé de Toledo. El cuadro representa el milagro ocurrido en
1323 en esa misma iglesia cuando se iba a enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo
(Conde Orgaz). En ese momento, bajan del cielo San Agustín y San Esteban y lo
entierran ellos mismos. Por ello, esta obra, fue pintada para representar aquel
acontecimiento así como destacar las virtudes como la caridad o el rezo a los
santos.
Se trata de un óleo sobre tela de unas dimensiones de 4,80 x
3,60 metros dividido en dos partes, la zona
terrenal y la zona celestial.
La zona terrenal, situada
en la parte inferior de la obra, representa el entierro del propio señor de
Orgaz, acompañado de diversos testigos tanto civiles como eclesiásticos. Aquí
podemos destacar una composición circular formada por el conjunto de los nobles
que rodean al difunto conde (centro de importancia de la obra) y observan el
ascenso de su alma. Además, acompañando al difunto, se encuentran San Esteban y San Agustín (respectivamente)
quienes han bajado de los cielos para llevarlo a la tumba, representando de
esta forma milagrosa, todas las buenas acciones que el conde había realizado
por la iglesia. Fuera de este marco central, destaca la figura de un muchacho
situado en la esquina izquierda. En él observamos un rostro sereno y una firme
mirada hacía el frente al tiempo que señala la flor dalmática de San Esteban.
También, en uno de sus bolsillos destaca la presencia de un pañuelo en el que
se lee “1578”, fecha de nacimiento del hijo de el Greco, por lo que se cree que
podría tratar de él. Esta zona se ve caracterizada por un predominio de colores
oscuros, hallados en los ropajes de los testigos de la ceremonia, que contrasta
con la fuerza y la luz de los colores dorados y blancos (sobre todo en los dos
Santos y en el propio conde).
La zona celestial,
situada en la parte superior de la obra, representa la ascensión
espiritual del alma del señor de Orgaz. Aquí, se encuentra a cristo, situado en
la cúspide de la escena, es representado con un hábito banco (símbolo de pureza),
bajo a él y a su derecha aparece la virgen María, vestida con colores
tradicionales como son el rojo (pasión de cristo) y azul (esperanza del cielo).
Frente a ella se encuentra una figura semidesnuda que se identifica con San
Juan Bautista. Bajo ellos, se encuentra la figura de un ángel, situado en el
centro de la escena, quien se encarga de transportar el alma del difunto
(representada cómo un bebé translúcido). En la zona izquierda del cuadro
encontramos a San Pedro, portando las llaves de la iglesia junto a ángeles,
otros santos y personajes del Antiguo Testamento como el
rey David, con su arpa; Moisés, con las tablas de la ley y Noé, con el arca. En
la derecha se sitúan San Pablo y Santo Tomas, junto a un horror vacui formado por el apelmazamiento de santos y
ángeles menos detallados. Esta zona está caracterizada por el predominio de
colores vivos y la eminente presencia de luminosidad que no parece proceder de
ningún lugar concreto, también aparece la técnica del sfumatto, que consiste en
la difuminación de las capas pictóricas
para dar sensación de profundidad..
Por último, este cuadro está repleto de elementos
manieristas, esta corriente no representa la realidad de manera natural sino
extraña, deformada, el Greco es considerado uno de los mayores exponentes del
manierismo. Una de estas características es el uso de figuras serpentinatas, se
tratan de figuras complejas, con extraños escorzos, esta idea fue desarrollada
por Miguel Ángel y se puede encontrar en la figura del ángel que conduce el
alma del Conde al cielo. Otra influencia de esta corriente en el cuadro es el
estudio anatómico de los cuerpos heredada de Miguel Ángel que veía en ello una
forma de representar la belleza, característica que se observa en los cuerpos
desnudos que aparecen en la parte celestial de la obra. Otra característica
comentada anteriormente es el horror vacui. El movimiento que nace de la
importancia que Miguel Ángel la da a este en sus obras, el cual es signo de
belleza y que el Greco utilizara en muchas de sus obras. Así pues el Greco fue un pintor manierista
influenciado tanto por Miguel Ángel como por la escuela veneciana asimilando
todas estas tendencias pero llegando a un estilo propio.
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