La Trinidad
Fresco pintado por Masaccio, localizado en la Iglesia de San María Novella, Florencia. Tiene unas dimensiones de
680x475cm. Fue realizada en el quattrocento
italiano, específicamente entre 1425 y 1427.
Masaccio
nació en 1401. En 1417
se traslada a Florencia dónde unos años más tarde pasó a formar parte del
gremio de pintores florentinos, relacionándose sobre todo con Donatello, del
que toma su conocimiento del arte clásico y Brunelleschi, adquiriendo el
conocimiento de la proporción matemática.
Cuando pintó el fresco de la Trinidad aun era joven, pero también
famoso. Por lo que una de las familias más poderosas de Florencia lo convirtió
en su mecenas. En 1428 se trasladó a Roma para realizar junto a Masolino un
tríptico para la iglesia de Santa Maria Maggiore, aunque no llegaría a
realizarlo ya que fallece en este mismo año con sospechas de que fue
envenenado. Su obra tuvo gran influencia en pintores como Miguel Ángel o
Botticelli.
La
composición de la obra es principalmente triangular,
cerrada y simétrica. Esta forma hace
que se cree una pequeña movilidad, pero sin dar tensión, subrayando el eje
central donde se encuentra la Trinidad. Además, también hay otras formas geométricas de gran importancia
como rectángulos, cuadrados y círculos. Utiliza la geometría para dar armonía,
pues todas las medidas del cuadro se realizaban mediantes operaciones
numéricas.
En la escena
de observan distintas figuras. De forma descendente, en la parte superior se
reúne lo sagrado (la Trinidad: Dios,
Jesús y el espíritu Santo), luego los mediadores entre Dios y los hombres (María y San Juan) y finalmente los
simples mortales (los donantes, un
mercader y su esposa). En vez de la delicadeza del gótico, podemos observar
figuras macizas con formas angulares, además de menos detalles. Aunque son menos
agradables, constan de mayor emotividad. El único movimiento de la obra es el
gesto que hace la Virgen señalando a su hijo en la cruz. Estas características hacen que las figuras
parezcan esculturas, lo que se realza mediante la perspectiva del marco que las
encuadra. En la parte inferior de la obra, justo detrás del altar, se abre un
nicho dónde se encuentra un esqueleto.
En él pone la siguiente inscripción: “Fui
lo que tú eres y serás lo que yo soy”.
La posición de las figuras y su tamaño tienen un carácter jerárquico, pues debido a que el humanismo cada vez tenía más fuerza, todas las figuras (divinas y
mortales) tienen las mismas dimensiones.
Incluso ambas están pintadas en escorzo. Debido a que en el gótico encontraron
pocas referencias, estos artistas tuvieron que fijarse en la pintura clásica,
por lo que esta área avanzó exponencialmente.
La arquitectura está basada en los restos románicos. Por lo que el número
de casetones de la bóveda debería ser impar, pero Masaccio comete un error y
representa su bóveda con una cifra de casetones par. Otros ejemplos de
arquitectura clásica serían los pilares adosados jónicos, las pilastras
corintias y el arco de medio punto.
Predomina la línea sobre el color, aunque esta apenas sea perceptible.
La policromía se deja ver en toda la obra. Destacan los colores rosas y azules de los mantos, blanco y el verde del fondo. Masaccio establece un equilibrio intercalando un color cálido (rosa) y uno frío (azul)
durante toda la obra. El claroscuro
de la obra proporciona sombras y luces en un fondo plano. Destaca un gran
manejo de las texturas y las tonalidades de las mismas, dándoles solidez y volumen.
La función y el significado de la obra es algo novedoso, pues
aunque representa la Trinidad, introduce la imagen de un esqueleto. Con esto se
promete a la humanidad la resurrección,
puesto que Cristo resucitó y ascendió a los cielos. El hombre muere por el pecado original
(esqueleto), pero la muerte de Cristo perdona al hombre y su posterior
resurrección es la esperanza de la vida
eterna.
La perspectiva es uno de los puntos más
importantes de la obra. Masaccio se encarga de colocar a cada personaje en distintos escalones para dar distinta profundidad. Todo el fondo
(arquitectura) permite realizar una serie de líneas de fuga por medio de los casetones que coinciden en el punto
de fuga y también el eje de la composición: La Trinidad.
Las leyes de la perspectiva que descubrió Brunelleschi fueron indispensables para
esta obra. Ya que se descubrió que los elementos disminuyen de tamaño a medida
que se alejan. La Trinidad fue una de las primeras en implantar estas leyes
matemáticas. También influyó de gran manera la obra de Giotto en Masaccio, puesto que era un gran referente en cuanto a
pintura, pero sobre todo, color. La arquitectura inspirada en Brunelleschi
(órdenes clásicos, arco triunfal, los casetones del techo...) fue implantada en
la obra, pero también destaca la nueva importancia del hombre ante lo divino,
además de la perspectiva, el claroscuro, las formas geométricas, el volumen y
el espacio. Estas características a su vez tendrían una gran importancia para
los pintores de épocas posteriores.
La Trinidad
de Masaccio fue una de las primeras obras que introduce la perspectiva y la
profundidad. Por ello tendrá un gran valor como punto de partida en esta área,
sirviendo de referencia para artistas posteriores.
"Lo más
bonito, sin embargo, a parte de las figuras, es la bóveda de medio cañón
dibujada en perspectiva y dividida en compartimentos cuadrados que contienen
rosetones escorzados y retrocedidos de manera tan habilidosa que la superficie
parece estar dentada" (Vasari, arquitecto, pintor y escritor italiano).
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