La Virgen Blanca de Toledo
Esta
elegante obra perteneciente a la escultura
gótica. La Virgen Blanca de Toledo
fue creada por un autor anónimo en
la segunda mitad del siglo XIV en la
Europa de la Edad Media, aunque se encuentra en muy buen estado. Este nombre
fue dado debido al color de la túnica y mantos usados. Se cree que fue donada a
esta catedral. Mide 153 centímetros de
altura. Originalmente se situaba en la entrada a la catedral de Toledo, para
que la pudieran ver todos los fieles, pero más tarde se cambió su localización
al interior de la catedral, específicamente sobre el coro de esta.
Esta obra
recibe directamente influencia francesa
ya que los maestros escultores trabajaron en importantes catedrales del país
galo.
La función de la obra es mayormente propagandística, y un poco estética, ya que la religión y en arte
en la Edad Media van de la mano. La vida de los ciudadanos de la época giraba
en torno a la religión y esta quería seguir siendo un pilar importante, por lo
que necesitaba popularizar los dogmas y personajes de la cristiandad. Además esta obra dota de tener un significado catequético, parte que se
ocupa de la enseñanza del catecismo.
Se trata de
una figura exenta de bulto redondo,
aunque está hecha principalmente para que se observe de frente. En esta podemos
observar como María sujeta al niño con su brazo izquierdo, generando un ligero contrapposto al apoyar el peso en una
de sus piernas, dando sensación de movimiento, rompiendo el hieratismo del románico.
El niño sujeto en los brazos de María sujeta con la mano izquierda un fruto
redondo y con la mano derecha acaricia a su madre, transmitiendo cariño hacia el público, dando mayor humanidad a la obra. El autor busca la proporción y la naturalidad, además de usar una buena técnica de pliegues. El material usado es el alabastro policromado. Concretamente es
usado principalmente el color blanco
en los mantos como simbolismo de virginidad y pureza, el color dorado es usado tanto para la corona
que lleva María como para el pelo de ambos y varios detalles de los mantos como
símbolo celestial, además también se pueden apreciar varios detalles color
celeste. Destaca principalmente la piel, ya que esta no fue pintada de ningún
color, dejando el color natural del propio alabastro, pero con el paso de los
años este se ha vuelto más oscuro. En el rostro de ambas figuras podemos
apreciar una cara ovalada, junto con
una sonrisa un poco estereotipada, nariz recta y ojos rasgados,
características típicas de las esculturas góticas.
Al contrario
que las vírgenes góticas, las vírgenes
románicas eran muy distintas. Estas también eran exentas pero tenían muchas
características contrarias a la escultura gótica. Principalmente se caracterizan
por estar sentadas en un trono con
su hijo encima, llamadas “Teotoscos”
(“vírgenes trono” o “trono de Dios”), tradición bizantina, ya que no tenían ningún tipo de contacto afectivo con el hijo sentado en su regazo.
En vez de
alabastro usaban talla de álamo,
pero este también estaba policromado.
La cara de las vírgenes románicas
era alargada, con un rostro generalmente inexpresivo y con
los ojos almendrados. La figura
tiene una postura rígida, sin nada
de movimiento y simétricas. Los pliegues son geométricos y muy poco
naturales. Las vírgenes románicas son muy desproporcionadas.
El niño parece más un pequeño hombre
que un niño ya que no muestra sentimiento alguno, sino que muestra rasgos de hombre mayor. Además, en
ocasiones, el fruto que sujetaba el niño
de la virgen blanca gótica fue sucesor del antiguo atributo al globo terráqueo
del románico o los evangelios. La imagen del románico quiere provocar respeto y devoción, por lo que se aleja
de la humanidad que sí empieza a haber en el gótico.
Esta baja
calidad de las vírgenes románicas
viene dada ya que la función
principal es propagandística, por lo
que descuidan totalmente la estética, preocupándose únicamente por el mensaje
que transmite y no por la obra en sí.
Otros ejemplos de virgen blanca serían: la virgen
blanca de León, la virgen blanca de Vitoria, la virgen blanca de Burgos, etc. Y
algunos ejemplos de vírgenes románicas serían: La Virgen de Ger, Virgen de
Coll, Virgen de CortsCastell etc.
Aunque las
vírgenes románicas seguirán evolucionando
y cambiando a lo largo de los años hasta llegar al gótico. Pasaremos de una
iconografía cristiana rígida y severa, a un mayor naturalismo. Esto se debe a que
durante la baja Edad Media se producen
una serie de cambios. Aparece la burguesía, por lo que la sociedad cambia.
Junto a esta también cambia la economía y política, pero sobre todo cultural. La
mentalidad religiosa de la población ahora prefiere un cristianismo más humano,
más cercano. Dando lugar al gótico.
Esta gran
obra muestra los cambios en el arte religioso de la Europa bajomedieval hasta
culminar en el arte renacentista, sirviendo de paso entre el románico y el
renacimiento.
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