sábado, 25 de marzo de 2017

EL RAPTO DE LOS HIJOS DE LEUCIPO DE RUBENS.

 El rapto de las hijas de Leucipo es una obra ejecutada en  1616 por el pintor flamenco Pedro Pablo Rubens. Se trata de una pintura trabajada al oleo sobre lienzo de 2.2 metros de alto y 2.1 de alto. En ella se representa el mito del rapto de Hilaíra y Febe, las hijas del co-rey de Mesenia por los hijos gemelos de Leda y Zeus; Cástor y Polux, para casarse con ellas. Estos, conocidos como los “Dióscuros”, fueron engendrados por Zeus, que, disfrazado de cisne, sedujo a Leda provocando que, tras quedar embarazada, pusiera dos huevos, de dónde saldrían los gemelos. Según el mito, las hermanas iban a casarse con sus dos primos, pero son Cástor y Polux quienes lo evitan, raptándolas. Sin embargo, cuando se enteran de lo sucedido, deciden vengarse, cobrando la vida de Castor. Polux, quien poseía el don de la inmortalidad, convenció a su padre (Zeus) para que compartieran la inmortalidad. De este modo ambos se alternaban como dioses en el Olimpo y como mortales fallecidos en el inframundo.
Rubens nació en Westfalia en 1577 y murió en 1640 en Flandes. Fue un artista flamenco especializado en la pintura. Su colección ofrece gran variedad temática e incluye obras mitológicas, religiosas e históricas, además de retratos y paisajes. Instruido en retorica, gramática,  latín y griego, ingresó en el taller de Tobias Verhaecht, pintor local especialista del paisaje, con quien aprendió los principios de la pintura. Pero fue durante 1594 y 1595, cuando trabajó junto con Otto Van Veen, maestro que más influenció a Rubens, enseñándole los ideales clásicos de la pintura que se reflejan en la gran mayoría de sus obras. En 1598 viajó a Roma como pintor independiente, dónde trabajaría como pintor de la corte a manos del duque de Mantua, lo que le permitió nutrirse de las numerosas colecciones que había en Italia, así como estudiar más de fondo el arte clásico y las figuras del renacimiento como Miguel Ángel y Rafael. En 1608, tras recibir la noticia de una enfermedad que afectaba a su madre, Rubens abandonó Italia. En 1609 contrajo matrimonio con Isabella Brant, que pertenecía a una familia de la alta burguesía. El autorretrato con su esposa y los retratos que realizó de sus hijos muestran una familia que había adoptado las costumbres y vestimentas de las clases más privilegiadas. Su estudio se convirtió en el más importante de la ciudad, educando a numerosos pintores y contratando a jóvenes artistas de la tallas de Van Dyck, quien ingresó en su taller en 1616. En sus últimos años de vida, sus obras (de mayoría mitológicas) recogen una clara influencia de las pinturas de Tiziano. Durante la década de 1630, dedicó una mayor implicación al desarrollo y la importancia del paisaje. Obras como Paisaje con arcoíris, demuestran el amor del pintor por el campo y su profunda sintonía con la naturaleza. Tras su muerte, su éxito en las cortes europeas, su elevado estatus social y sobre todo su talento artístico contribuyó a convertirle en un pintor de gran fama e influencia.  
En lo referente al análisis, esta obra fue ejecutada durante la juventud de Rubens, en la que nos presenta una de las escenas más dramáticas del Barroco. El cuadro representa el instante del rapto, mostrando a los hermanos cómo unos grandes jinetes y guerreros. La escena está repleta de movimiento, dramatismo y violencia, muy marcada por la pose del caballo del fondo y la resistencia ejercida por Hilaíra y Febe. Sin embargo, los rostros inexpresivos de los raptores y la dignidad que transmiten las dos mujeres a pesar de la situación a la que se enfrentan, reprime esta sensación de drama mostrando al mismo tiempo, un retrato psicológico que demuestra la despreocupación de las jóvenes por ser raptadas. Su simbología no está del todo clara, por un lado podría evocar una alegoría al matrimonio, representada por medio de la figura de Cupido llevando las riendas de uno de los caballos como metáfora el amor verdadero que domina frente al instinto animal. Por otro lado, podría tener un significado de destacar las virtudes de los Dioscuros como grandes jinetes, guerreros ejemplares, figuras de amor fraterno, entre otras virtudes que los caracterizan como hombres energéticos y de acción.
Su composición no sigue la norma renacentista de equilibrio y simetría, sino que llama al dinamismo de las formas y su expresión por el movimiento, propio del barroco. Este dinamismo viene marcado por las predominantes curvas y diagonales que componen la escena, como lo es el brazo de la joven que es sujetada por los dos hombres. Además, los personajes están enmarcados dentro de un círculo que pasaría alrededor de las ciernes de los caballos sus patas y el ángel de la izquierda. Dentro, se aprecian varias líneas diagonales en los cuerpos de las hermanas y los raptores, líneas onduladas en la tela naranja y la capa roja del raptor. También se dan dos triángulos en cada cuerpo de las hermanas y uno más grande que enmarcaría todas las figuras, desde la capa de Cástor,  a las patas del caballo encabritado, hasta la pezuña del caballo marrón.  
El tratamiento de las figuras presenta un contraste barroco entre la figura de uno de los raptores vestido y el otro con el torso desnudo, un caballo encabritado y el otro más relajado, piel bronceada de los hombres y pálida de las mujeres,  que junto a su gran corporeidad, representanta el modelo de belleza de Rubens. La luz también representa contraste, marcando las tonalidades cálidas en la capa de uno de los raptores y el dorado de los cabellos de las hermanas con los tonos grises plateados y azules. Esta luz natural proviene del cielo, en el exterior de la escena, y se proyecta en los personajes para destacarlos y formar un conjunto de sombras en la esquina inferior izquierda.
En lo referente a los colores, Rubens toma como guía a Tiziano, y juega con ellos mediante la división entre raptores y raptadas. El contraste también se da entre  los colores cálidos y los fríos, son los tonos más brillantes los que atraen la mirada mediante la luz que desprenden.  Predominan el rojo de la túnica del raptor, el dorado de los cabellos de las raptadas y el naranja de la tela como colores cálidos, mientras que los fríos son el azul y verde del paisaje y los ocres y grises de los caballos.
La escena se sitúa en un paisaje imaginario sobre el que, en un primer plano, se encuentran los personajes de la obra y, en un segundo plano, delimitado por una baja línea horizontal para resaltar a los personajes, un paisaje idílico, mostrando un cielo gris con nubes oscuras que se acercan, presagiando que se acerca el mal. En el suelo pinta prados verdes con árboles de diferentes alturas para dar sensación de profundidad. La profundidad también se consigue mediante el uso de escorzos en los retorcidos y voluminosos cuerpos de las raptadas.

La obra se inspira en la escultura de Giombolgna llamada el rapto de las Sabinas. Además, también se recogen claras influencias de Miguel Ángel por el detallado anatómico de los cuerpos, concretamente, la joven que es alzada por los dos raptores está inspirada en la figura de la Noche de la tumba de Guiliano de Medicis, aunque también se apunta a la escultura de Laoconte. La otra joven fue inspirada por la obra desaparecida de Miguel Ángel; Leda, de Leda y el cisne. Actualmente la obra se encuentra en el museo de Alte Pinakothek en Múnich.















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