domingo, 5 de marzo de 2017

LA MEZQUITA DE CÓRDOBA

La Mezquita-Catedral de Córdoba, antes llamada Santa María Madre de Dios o Gran Mezquita de Córdoba es actualmente conocida como la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de forma eclesiástica o simplemente Mezquita de Córdoba.  Es un edificio religioso ubicado en la ciudad española de Córdoba.
Se empezó a construir en el año 785 por Abderramán I con la apropiación y reutilización de los materiales de la basílica hispanorromana de San Vicente Mártir, que se hallaba en su lugar, por los conquistadores musulmanes. El edificio pasó además por numerosas ampliaciones  durante el Emirato y Califato de Córdoba. Con 23400 metros cuadrados fue la segunda mezquita más grande del mundo, por detrás de la Mezquita de La Meca, siendo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul de Estambul (1588). Una de sus principales características es que su muro de la qibla no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de al-Ándalus. Esta circunstancia parece ser causa de los terrenos arenosos del Guadalquivir que imposibilitaban la orientación ortodoxa hacia La Meca. Otro elemento novedoso es el uso de los arcos de herradura procedentes del arte visigodo y que el Islam adoptará como propios y se convertirán en símbolo de su arquitectura. Las arcadas que dividen las naves son dobles en altura. La inferior es un arco de herradura mientras que la superior es de medio punto. La alternancia de piedra y ladrillo dota a la Mezquita una singular bicromía que sentará las bases para construcciones posteriores.  Esta doble arquería proporciona al edificio de una mejor iluminación de los interiores y de una mayor elevación de la cubierta.
A la Mezquita se accede por la Puerta del Perdón (lado norte) construida en el año 1477 de estilo mudéjar, donde se observan las hileras de naranjos y palmeras, y las fuentes y arcos de herradura característicos. Junto a la puerta se levanta la mezquita que se divide en dos partes: “Patio de los Naranjos” que en tiempos del Califato era el “Patio de las Abluciones” y que conserva buena parte de su aspecto original; y el alminar.
La puerta de las Palmas da acceso a la mezquita. Hay un bosque de 1300 columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan trescientos sesenta y cinco arcos de herradura bicolores. El mihrab es un joyel de mármol, estuco y mosaicos bizantinos policromados sobre fondo de oro y bronce, además de cobre y plata. En el lucernario se conservan arcos lobulados de los muros y la cúpula. En la cabecera destacan los arcos, los mosaicos del muro y la estructura y decoración de las cúpulas a base de arcos cruzados.
Su orientación es peculiar. El mihrab, lugar santo que señala la quibla está en dirección sur y no hacia La Meca. Además de la hipótesis de los terrenos del Guadalquivir se cree que se debe a una práctica heredada de Siria o que la nave principal de la mezquita sigue en su orientación el trazado del Cardo romano de Córdoba.
Tras la llegada del islam a Córdoba, la basílica visigótica de San Vicente, que había sido el templo cristiano más importante de la ciudad desde el siglo V fue apropiado parcialmente por los musulmanes. Según una versión la mezquita de Córdoba habría sido iniciada bajo el reinado del primer emir omeya Abderramán I entre 780 y 785 sobre la planta de la iglesia cristiana, cambiando la orientación de su eje. Sufrió sucesivas ampliaciones en los siglos IX y X y fue concluida bajo el mandato de Almanzor. La más importante fue la de Alhakén II a la que pertenecen los arcos del mihrab. En estos arcos se puede ver la evolución de la construcción: las columnas visigodas con sus arcos de herradura les resultaron demasiado bajos  a los musulmanes por lo que decidieron añadir pilares sobre las columnas y disponer arcos más altos  sin derribar los anteriores y policromando en rojo y blanco todos con lo que se construyó la célebre imagen de la mezquita. Fue lugar de reuniones religiosas y políticas ya que podía albergar hasta veinte mil personas. Las excavaciones arqueológicas dirigidas por el arquitecto Félix Hernández en 1930 demostraron la existencia en el subsuelo de la Mezquita-Catedral de todo un complejo episcopal donde se encuentran los restos arqueológicos de la basílica visigoda.
El inicio de la mezquita se debe a Abderramán I, haciéndose sobre el emplazamiento de la basílica visigoda de San Vicente Mártir. Este primer edificio consta de once naves longitudinales orientadas hacia el río Guadalquivir. Estas naves constan de doce tramos o crujías que corren en dirección al muro de la quibla.
Los materiales utilizados son de acarreo: fustes de columnas y capiteles procedentes de construcciones y épocas  anteriores (romanos  visigodos). Para darle estabilidad al alzado se recurre a dobles arcos. El inferior hace funciones de estibo, mientras que el superior es el que soporta la cubierta. Este sistema parece estar inspirado en el acueducto romano de Los Milagros en Mérida. El conjunto se cierra con el muro de la quibla. Las obras terminaron en el 788.
Hisham I heredó el trono de su padre e intervino en la mezquita. Terminó el patio y erigió el primer alminar. Este primitivo alminar fue más tarde derribadop por Abderramán III quien construyó otro, luego parcialmente desmochado y cuyos restos se cree que se encuentran en la actualidad en el campanario cristiano de la catedral.
El crecimiento de la ciudad habría determinado la necesidad de un oratorio o haram con un aforo mayor para poder albergar a más fieles por lo que el emir Abderramán II decidió la primera ampliación de la mezquita. Es a este emir a quien debemos las obras que convertirán al templo arriano en mezquita. Se inició en 833 y se acabó en 855. Para llevarla a cabo se derribó el primitivo muro de la quibla y se prolongaron las arquerías en ocho tramos o crujías más, con una longitud total de 24m. Los elementos arquitectónicos son la alternancia de dovelas en los arcos y la utilización de materiales de acarreo aunque también se utilizaron algunos materiales labrados. El mihrab estaba concebido monumentalmente con un arco de entrada sostenido por cuatro columnas y sobresalía al muro de la quibla. También intervino en el patio cerrándolo con saqqifas en los laterales.
La ampliación de Abderramán III  no afectó al oratorio pero agrandó el patio, derribó el primer alminar y erigió uno nuevo que sería modelo para los alminares almohades y los campanarios mudéjares. Este se conserva actualmente desmochado.
En el esplendor del Califato se llevaron a cabo las intervenciones más extensas en la mezquita. Pero será la de Alhakén II  la más bella y rica. Se derriba el muro de la quibla y se amplía el oratorio en doce crujías más. Para mejorar la iluminación se construyen cuatro lucernarios con bellas cúpulas nervadas. Previos a la macsura aparecen nuevos arcos polilobulados y entrecruzados y en las columnas se alternan fustes rosas y azules. Los materiales ya no son de acarreo sino labrados ex profeso. Otras novedades son el doble muro de la quibla que facilita la conexión con el sabat y que permite que el mihrab no se limite a ser un simple nicho. La portada del mihrab y las cúpulas que lo preceden van recubiertas con mosaicos artesanos.
Dado el continuo crecimiento demográfico de Córdoba el hayib Almanzor decide llevar a cabo la tercera y última ampliación. Es la más extensa de todas y afecta tanto al oratorio como al patio. Esta ampliación no será hacia el sur, sino hacia el este. Se construyen ocho nuevas naves que dejan descentrado el mihrab y el muro de la quibla ya no es doble, sino simple.  En los arcos la alternancia de dovelas es solo cromática y no de materiales.
Tras la reconquista cristiana de Córdoba en 1236 Fernando II de Castilla  convirtió la mezquita en catedral sufriendo varias alteraciones que acabarán formando la actual Catedral de Córdoba.  Durante toda la Baja Edad Media prevaleció convertida en catedral adaptándose al culto cristiano. En 1371 fue terminada la Capilla Real donde estuvieron sepultados los reyes Fernando IV y Alfonso XI hasta que en 1736 fueron trasladados a la Iglesia de San Hipólito de Córdoba. La  Capilla Mayor fue situada bajo uno de los lucernarios de Alhakén II. La magnificencia del templo musulmán determinó que la macsura y el mihrab quedaran intactos. La mayor quiebra del edificio islámico se producirá a lo largo del siglo XVI pues en medio de la antigua mezquita se levantará una gran nave cristiana bajo los auspicios artísticos y arquitectónicos del Renacimiento. Esto supuso una ruptura grave y enfrentamientos entre diferentes próceres. Finalmente intercedió Carlos V para que se realizara la obra, aunque más tarde se lamentara como se recoge en su frase “habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”. La Catedral cordobesa asombra tanto por su hermosura como por su ubicación. La planta de cruz latina alberga bóvedas góticas junto con otras protobarrocas y una cúpula renacentista.
 La nueva nave será concluida con el añadido de ciertos aspectos manieristas como puede verse en la cúpula del crucero o en la formulación de la bóveda con lunetos del coro que anunciaba ya el barroco. A pesar de los avatares de la historia la antigua mezquita pervive en esencia islámica. Se trata de un híbrido arquitectónico que sintetiza una buena parte de los valores artísticos de Oriente y Occidente.
EXTERIORES DEL EDIFICIO.
La fachada oeste  transcurre de norte a sur. Con puertas importantes como la de Deanes, la de San Esteban, la del Sabat o la de San Miguel. También se encuentra el postigo de la Leche.
La fachada este transcurre de norte a sur. Con puertas como la de la Grada Redonda y la de Santa Catalina. También se encuentra la fuente de Santa Catalina.
La fachada norte transcurre de oeste a este. Con elementos como el Arca del Agua, la Puerta del Perdón, la Fuente del Caño Gordo y la Virgen de los Faroles.
La Fachada Sur se corresponde con la quibla de la antigua Mezquita. La parte occidental está construida a modo de muro doble mientras que la oriental se trata de un muro sencillo. Transcurre de oeste a este. Situados en el extremo occidental, extendiéndose a lo largo de cinco de las naves se encuentran dos filas de balcones. Fueron construidos con el fin de mejorar la iluminación de las estancias situadas entre el doble muro de la quibla. El más famoso es el de San Clemente, de estilo plateresco.
El patio de los Naranjos está situado en la parte norte del templo. Tiene su origen en el patio de las abluciones de la mezquita de Abderramán I, siendo posteriormente ampliado y reformado durante las siguientes etapas constructivas. Recibe su nombre de los 98 naranjos que contiene. Se trata de un recinto cerrado de 130 metro de largo por 50 de ancho. Sus lados occidental, septentrional y oriental se hallan rodeados de galerías porticadas y cuentan con seis puertas que comunican al patio con el exterior. Estas se hayan expuestas las vigas y tablones que conformaban el artesonado original del templo. Su estado de conservación, relativamente bueno al ser aún visibles los relieves que las decoraban y parte de la policromía original motivaron su retirada para una mejor conservación y sirvieron de modelo para las que se ven actualmente. Su muro su se comunica al patio con el interior del templo y está formado por 17 arcos de herradura. Estos se encontraban originalmente abiertos haciendo que la sala de oración fuera un espacio abierto. Hoy en día sólo uno de ellos comunica con el patio. Los arcos al este de la puerta fueron tapiados para alojar en ellos múltiples capillas, los arcos al oeste se hallan cerrados por celosías de estilo arábigo.
El recinto está dividido en tres partes, cada una de ellas con una fuente en el centro. Dos de ellas son:
·         Fuente de Santa María: es una fuente de estilo barroco formada por un pilón rectangular construido en piedra negra con cuatro artísticos pilares y un caño en cada uno de ellos.
·         Fuente del Cinamomo: esta edificada sobre un pilar rematado por una cornisa recargada y con una base de mármol gris.
En el subsuelo de la parte oriental del patio se halla un gran aljibe. En época islámica se utilizaba como lugar de realización de actividades públicas (administración de justicia, enseñanza…)
Originalmente todo el interior del edificio era una gran sala hipóstila de 19 naves, utilizada como sala de oración, con la única excepción de los habitáculos existentes en el doble muro de la quibla. Actualmente sin embargo buena parte de la antigua sala se encuentra ocupada por capillas anexas a los muros y por el núcleo cruciforme central.
La capilla Mayor, el coro y el trascoro forman el núcleo de la Mezquita-Catedral. Saliendo del coro pueden verse las capillas que rodean a la nave. Pasado el crucero se llega al transepto, cubierto por tracería gótica decorada en su parte izquierda con bustos de profetas y en su parte derecha con figuras femeninas. El trasaltar tiene cinco arcos, cuatro destinados a capillas y el quinto siendo la portada de ingreso a la sacristía. Por encima de los arcos hay una cornisa con grutescos bustos y en los cinco tímpanos se ven relieves que representan el “Prendimiento”, el “Camino del Calvario”, la “Crucifixión”, el “Descendimiento” y la “Resurrección”. Todos ellos influenciados por los flamencos.
La actual macsura y mihrab fueron construidas durante la ampliación de Alhakén II. La macsura es la zona reservada para el califa, una zona rectangular adosada al muro de la quibla. Se encuentra rodeada y dividida en tres por columnatas de arcos polilobulados entrecruzados. En el muro del espacio oriental se encuentra la puerta de la Sala del Tesoro (desaparecida) y en el espacio occidental la puerta del Sabat por la cual accedía el califa a través de un pasadizo que le llevaba directo al alcázar. En el central se halla la puerta del Mihrab compuesta por un arco de herradura profusamente decorado que da acceso al habitáculo del mihrab. Este se halla incrustado en el muro de la quibla, es de planta octogonal con una cúpula con forma de concha. Los muros se encuentra decorados con un zócalo de mármol y sobre el seis arcos polilobulados en seis de sus caras.
La Catedral cordobesa asombra tanto por su hermosura como por su ubicación. La planta de cruz latina alberga bóvedas góticas junto con otras protobarrocas y una cúpula renacentista.
Como último comentar que en 1238, tras la Reconquista, se llevó a cabo la consagración como catedral de la diócesis con la ordenación episcopal de Lope de Fitero. El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de Córdoba, estando prohibido cualquier culto colectivo o rezo organizado no católico.

Hoy todo el conjunto constituye el monumento más importane de Córdoba y también junto con la Alhambra de toda la arquitectura andalusí, así como el más emblemático del arte omeya hispanomusulmán. Declarada como Bien de Interés cultural y Patrimonio Cultural de la Humanidad se incluyó por el público entre los 12 Tesoros de España. En 2015 tuvo 1’67 millones de visitas, lo que lo convierte en uno de los monumentos más visitados de España. Alba Ferrer Martín.





































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.