martes, 7 de marzo de 2017

SAN SEBASTIÁN DE ALONSO BERRUGUETE.

TITULO DE LA OBRA
“San Sebastián”
NOMBRE DEL AUTOR.
Alonso González Berruguete (c.1490-1561) escultor castellano, hijo del pintor Pedro Berruguete, es uno de los referentes fundamentales de la imaginería española del Renacimiento. También realizó obras pictóricas.
CARACTERÍSTICAS DEL AUTOR.
-Gran influencia de artistas italianos (Donatello..) debido a su formación en Italia.
-Estilo propio “con acusado alargamiento de las figuras, expresión de angustia y posiciones inestables.
-Doble faceta de pintor y escultor.
-En los bocetos de anatomía hace un alarde de conocimiento y tridimensionalidad.
-Su creación manifiesta su fuerte carácter, con imágenes de gran dramatismo, en las que domina la espiritualidad y el efectismo y en las que el realismo siempre está presente.
-A Berruguete se le considero ya no solo por la relación que mantuvo con Miguel ángel, en la que incluso aun podemos encontrar cartas, sino por su admiración y su manera de intentar seguir sus paso, como el Miguel Ángel español.
FECHA DE LA OBRA.
Siglo XVI (1527-1532)
ESTILO.
Renacimiento; Manierismo, estilo de transición entre el renacimiento y el barroco. En esta obra se reconoce especialmente la curva serpentinata (espalda)
MATERIAL Y PROCEDIMIENTO.
Madera policromada, talla.
Esta es una técnica muy característica y de gran relevancia en el manierismo del barroco, una especialidad del arte de la escultura, dedicada a la representación plástica de temas religiosos, que busca el realismo más convincente.
ACTUAL LOCALIZACIÓN.
Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
COMPOSICIÓN.
-Escultura exenta de bulto redondo que junto con el grupo escultórico del sacrificio de Isaac formaban parte del retablo del convento de san Benito en Valladolid.
-El canon es alargado y algo desproporcionado.
-La luz crea efectos de brillo por el dorado  y claroscuro en la zona del paño  y la cabeza como se observa en la imagen de perfil.
-En cuanto a la policromía sobresale el dorado en el estofado. El estofado es la policromía en las vestiduras mientras que el encarnado es en las formas desnudas.
-La expresión es efectista con la boca abierta y ojos como perdidos en el vacío que transmite una sensación  de dejadez o resignación  ante la inminencia del martirio.




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